Symphony, de Sarah Brightman


     Hermosa, punteada con sonido de violines que se vuelven precursores del dolor y a continuación haciéndose eco de las palabras el piano traza acordes que nos alcanzan, que nos huellan, que expresan latidos de incomprensión,  de dolor alma que se escapa entre la piel ante la marcha del amor... Es curioso cómo una canción de despedida se convierte en esta composición en una sinfonía de acordes, melodías, coros vocálicos, voz de la cantante que parecen abrazarse con todas sus fuerzas al sentimiento, negándose de la forma más pura y dulce a que el amor se vaya. Disfrutadla, como yo la he disfrutado, merece la pena.

    (A continuación la traducción del cansino oficial)


'No sé qué se supone que debería decir
cuando de repente te marchas.
Y no te apetece hablar
Y  temes ahora escucharme,
no quiero nada de esto.

Oh, no sé de qué forma debería comenzar
me parece que nos amamos con el alma,
con el alma aprendimos
y aquí observo atentamente el cielo
como si de alguna forma tuviera la respuesta
No permitas, cariño, que la música llegue a su fin.

Snfonía
guardó silencio alrededor de nosotros
Cómo desearía que me abrazaras
y que nunca me dijeras
que debes irte.
Mira el cielo
comenzamos a perder toda nuestra luz
donde una vez brilló tan intensamente
dime qué será de nosotros
si lo tiramos todo a lo lejos.

Nunca sabemos qué tenemos
hasta que lo hemos perdido
pero entonces nada duele tanto como llevarlo a solas.
Me siento asustada y sin fuerzas
y siento que caigo
así que dime
¿dónde nos equivocamos?

Si todo está roto
entonces es mejor que nos rindamos
y recordemos qué tuvimos un día
algo hermoso.'

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