Comedia llamada Metamorfosea y Auto de la Sibila Casandra




            Nuestros pasos vuelven a retomar el pulso y a sentir el latido de esta ciudad señorial. Más aumentados, más alma, más encuentro que se desarrolla entre comentarios más leves y más políticos... En este caso hemos cambiado nuestra visita habitual durante estos años a la Compañía de Teatro Nacional, por un grupo Nao d'amores cuya primera obra, Comedia llamada Metamorfosea, ya tuvo éxito de crítica y público hace diez años. En este caso nos disponemos a presenciar esta obra, junto al Auto de la Sibila Casandra... Podría centrarme en el contenido, en el caso de la primera, los amores no correspondidos; en el caso de la segunda, la conversión de una pastora al matrimonio gracias a asistir al nacimiento del niño Jesús; pero querría centrarme, de verdad en otros aspectos.
        Desde el principio, la música se convierte en un personaje más en ambas representaciones interactuando con los personajes: el clavicordio, la flauta  y viola de gamba se suman en esta comparsa moviendo el ánimo de los personajes y tendiéndoles puentes al amor. Nada más empezar la primera obra me encantó el lenguaje no verbal de los personajes, convirtiendo sus expresiones en un personaje más lleno de alma; tanto es así que tanto en la primera obra como en la segunda me quedaría con muchas expresiones que en silencio expresaban tanto. Me gustaría también detenerme en el tema del lenguaje y su interpretación, la dificultad de lidiar con un castellano que aunque perteneciente al S. XVI es fuertemente deudor del castellano medieval y en la segunda obra con un castellano plagado de galleguismos en las cantigas cantadas por la moza y el enamorado; si bien su dificultad y los giros pertenecientes a este periodo, la experiencia y buen hacer de los actores hizo que los espectadores olvidaran este detalle y prorrumpieran en numerosas ocasiones en aplausos. Me encantó también que ambas estuvieran centradas en pastores y zagalas quienes entre requiebros de amor y desamor nos devuelve el gusto de nuestra literatura por una literatura popular, que bebía de los cantos arromanzados, cantigas, canciones de amor, deçires, etc, etc. 
        Acabada la recitación, el regreso a una época llena de pastores, de zagalas, de búsqueda del amor, de la huida del desamor... y uno tiene a bien volver a llenarse de ese Almagro de julio cuyas luces, cuyas puertas, cuya historia, aunque nuestra cultura televisiva sea tan pobre, nos devuelve de nuevo la ilusión, la capacidad de soñar, de imaginar, de cerrar los ojos y entre esas luces de farolas y de luna parecer oír las risas, no tanto ha, de pastores y de zagalas tendiendo continuamente los puentes, cantandos sus amores y desamores, tañendo la música para cambiar el ánimo de las zagalas, en fin...

Comentarios

  1. Metamorfosea es una maravilla de cuarenta minutos, con un ritmo trepidante, en la que se demuestra una gran verdad, que el amor es muy simple, las complicaciones las ponemos nosotros.
    El Auto de la Sibila Casandra es muy curiosa ya que, posiblemente, sea de las primeras obras ibéricas (el autor es portugués) en la que se presenta un personaje femenino de carácter fuerte, que reivindica la independencia en sus actos. A destacar, la actuación dual de los actores en los papeles de tías/tíos de Casandra.
    En conclusión, si tenéis la posibilidad, no os perdáis estas dos joyas.

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