Vals de piano y cello…




Vals  de piano y cello...    
Vals  de trémulos acordes,
de cirros...
cirros suaves de tormenta,
de heridas...
heridas leves,  presagios cálidos
que alcanzan con sus yemas
nuestras almas, nuestras almitas buenas...

       Suave entrelazar de cinturas...
Lazado de ayes e instantáneas de nuestros Sigüenza,
Almagro, las Tablas, el Infantado...
pizicattos que acarician con su voz rasgada el cielo,
que elevan nuestras manos, nuestras  humildes manos
al Papá bueno...
Labios húmedos...
respiraciones enajenadas...
manos que se enlazan a nuestras manos,
pese a su debilidad,
pese a hundirse una y otra vez,
que se entregan y se abren a los abrazos del Papá bueno

       Melodías...
Salmos del alma...
heridas en el cielo del muecín,
enredaderas por donde nuestra voz, nuestra almita buena,
mira cara a cara al Papá bueno,
y entonces con los ojos cerrados,
con el pecho abatido,
se entrega, desnuda de piel,
para ponerse las sandalias del Sembrador de caminos,
para agarrarse a su túnica blanca,
la mar brava , nosotros  Pedro y apóstoles aún desconfiados, sumergiéndonos alrededor...

      Palabras...
Sílabas encandenadas...
Voces que se convierten en caricia,
en ayes susurrados de piano,
de violín que deja en tus hombros el aroma de jazmines
de azuzenas, de margaritas,
de hortensias, ayayayay, de hortensias...
de cellos que asoman en tus ojos  sembradíos,
aves cuyos aleteos se llenan de piel,
palabras,  sonrisas,
de dobles latidos de los que amamos....

       Último compás...
Tu cintura
quebrándose para mostrar
tu cabellera noche
a donde se abandonan el cielo castaño de tus ojos...
En esta dulzaina, tú, niña,
atusas la blusa y guirnaldas rojas de tu halda
y en tu regazo
se balancean nuestros Isma y Miri
donde, mi María,
los brazos colgados a tus brazos,
me alzo y me enredo en tus manos,
Mariiita y Prudencito enamorados  locuelos,
no una, no ciento, no miles, si no ciento de miles
unidos tus labios a mis labios
en este vals nocturno de piano y cello...

https://www.safecreative.org/work/1303214811325-vals-de-piano-y-cello

Comentarios

  1. Buenas tardes Prudencio, hace mucho que no paso a verme en esos Ojos de niño, pero aquí me tienes, aun con poco tiempo, para leer tus bellas letras de amor en ese vals nocturno.
    Sé feliz amigo
    Con ternura te dejo un beso
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  2. Gracias, gracias porque siempre llenas este espacio con tu luz y tu bondad, sor Cecilia, gracias porque cuando estuve a oscuras encendiste una candileja de apoyo y de amor, gracias por estar ahí, que el Papá bueno te bendiga

    ResponderEliminar

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