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serás libre...

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        en alas de piano, ayayayya, mi sempiterno compañero piano, se muestran estos acordes... unas lágrimas y su sestear en la cima del Gólgota son los únicos latidos que aún resuenan en María y su recién estrenado hijo, Juan... de regreso a casa... aunque qué hogar -piensa María en brazos de Juan- puede llamarse ya así sin su querido hermano e hijo, embalsalmado por el anciano regresado a niño JOsé de Arimatea..          Tu voz, casi sin ellos darse cuenta, vuelve a hendir en el grito de clavel del cielo recién estrenado, la herida que una y otra vez se abre en el kikirikí de los gallos en el balido rasposo de las ovejas y en el ramoneo inquieto de asnos... y que eco se reproduce en sus manos, en sus pechos, en sus cabelleras... las lágrimas son esos milagros de luz y rocío que Tus manos enseñaron en cada recodo del sendero a recoger sanadoras... de gente tan perdida como yo... ayyaya...        serás libre... -aletea de nuevo cantarina en el corazón de su

la guitarra destrenza latidos en tusmanosmismanos..

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soy... somos... tañido breve en el tiempo...; balido en el sestear de la campiña...; cálido despertar y aleteo de alas en tusmanosmismanos... y en turegazomiregazo... no soy más no pretendemos más.. y todo lo que soy somos lo somos por ti, tú... me nos bisbiseas; dejas que estas letras prendan en tus leños y enciendan el hogar de tusojosmisojos... soy... somos... ceniza que descansa junto al leño pronto a arder...; Pedro que caemos una y otra vez en el agua a la espera de tusbrazosmisbrazos a la espera de que tuspalabrasmispalabras nos prendan nuevamente... quizás no sea... quizás nos seamos... esa palabra que se multiplica como el pan y los peces para descolgarse escarcha y primavera en tumuromimuro...; una cometa que trémula ondee al soplo del viento de tuslatidosmislatidos... quizás... sólo este trémulo temblar en el agua de tussístolesydiástolesmissístolesydiástoles... de pruden tercero nieto 1 de abril de 2015

si pudiera alcanzarte una sola vez más...

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gañido a gañido, acordes de guitarra y violín ensayan, con sus plegarias y ayes en la noche, heridas carmesíes que apenas se elevan de mis manos...; tu mirada vuelve a detenerse con los hilos de oro de tu mirada castaña en mí: Prudencito, ay mi Prudencito... mis heridas, ensaya la guitarra nuevos gañidos, son una clepsidra donde me arrebujo y prendo ayes a los latidos donde Mariita y Prudencito encienden nuevos amaneceres... donde prendo, sin quererlo yo mismo, ataduras al cielo y a la luz que el payaso asoma en sus dientes... si tan sólo pudiera volver a tocar Tu túnica... y Tú vuelves a mirarme... me abrazas.... sin darte cuenta de mis sombras y cicatrices recontando orgulloso los tesoros que mi almita buena sembró en el sendero... las prendas que generosas arroparon y prendieron pequeñas llamitas de luz en los ojitos de los demás, sisiis... sin tan sólo pudiera volver a tocar Tu Túnica... las heridas se volverían cenizas que volarían orgull

anochecer en la campiña manchega...

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la noche prende aleteos en cada olivar, encinar y pinar que sale impertérrito a su encuentro. El oboe trenza plegarias entre las moscas adormecidas... Ojos de lechuzas charlan con rucio, rocín y ánades, que adormecidas en su regazo, sestean en la campiña manchega... nuevos versos, nuevas palabras , nuevos latidos y nuevos éranse se conjuran entre acordes de piano y oboe en este retrato... el piano danza entre volutas del fuego que crepitan a duras penas a caballero y escudero a sotavento del cierzo, al trantán de sus maltrechos músculos y huesos... el piano trenza aventuras en el corazón del escudero, de ese Sancho de bien, donde los refranes, sin él quererlo, son las miguitas de pan, chocarreras y manchegas, bien manchegas, que le devuelven al rancho y al lecho de su querida Teresa Panza... el oboe trenza nuevas alboradas y esquejes de primavera en el rostro quemado por el sol y el viento de don Quijote quien sueña, desperezándose con alas de sueño y a

beneath prudencito and Mariiita's beautiful

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acorde a corde, Prudencito y Mariita se acurrucan en tejados húmedos y fríos en esta noche de marzo, sintiendo que la lluvia destrenza del cielo cristalitos al ver cómo nuestras manos se desenredan de tusmanosmismanos, ayayyay... sus palabras, su susurro castañuelas y sus palabras hiladas en nuestros temerosos pechos querrían destrenzar de nuestros cabellos y ojos castaños, hebras blancas y flores ajadas que el resentimiento y el dolor imprimieron... sus ayes se anudan y danzan con los múltiples valses de lluvia; descosiendo plegarias antiguas adheridas a nuestras manos y cabellos aún... a duras penas nosotros, adultos, a duras penas, cachito a cachito de experiencia, cosemos nuestros rotos con nuestros hilos dorados de ternura, con las palabras donde Prudencito ay mi Prudencito busca pétalos donde aún trémula suena nuestra voz... con nuestras manos donde aún late y sonríe mi tímida sonrisa y tu niña y soñadora mirada, sisiisi la no

ilumina, mi Prudencito, con tu candil nuestro naufragio...

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puerta cerrada... el piano y la guitarra desgañitan ayes sobre la almohada sobre la orilla desmadejada de luna y estrella con sus heridas y naufragio... de niños que abrazan sus pechos vacíos sin que nadie les arrulle con nuevos lullabies... como flor en los almendros, como esas heridas escarlatas que rielan en el cielo, hay una voz que crepita una voz que se deshoja una voz que prende con sus pétalos de primavera... vuela... hacia la mirada que escondes tras tu yo adulto hacia tu niño arrebuñado sin alas de luna... danza con estas trenzas de piano... de plegaria encendida en tus labios... con tu sonrisa desmayándose en el regazo de tu Mariita sobre el que te tiendes cada anochecer. bésame... en nuestros labios hay una sonrisa y unos niños que corretean castañuelas por la orilla... en nuestros labios húmedos hay unos versos que alguien una vez echó al mar... tusmanosdenuevoenmismanos guirnaldas que sobre el agua del mar musitan leve pero f

en olor de primavera...

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     hay trémulo... apenas pespunte... un esqueje de encinares y pinares con su hojarasca aún de invierno...       hay una hendidura en cada calvijar de los primeros milagros encendidos de sol y pétalos enredados en los almendros... cálida, nuestra poesía, se remansa en la mañana de marzo en los edificios en las horas donde se adormece cada canto cada verso y herida cada latido...       hay un violín que desbroza ayes y aleluyas, mis lloradas plegarias, en tu cintura en tu mirada aún pálida de invierno en tus manos mis manos... en tus revoloteares de boda, ay la boda...       hay un silencio sonoro que quiebra tu quietud con los primeros piidos de jilgueros, petirrojos y calandrias... hay una sonrisa apagada que se quiebra con las alas de tus manos mis manos que pintan ora una luz de niño castañuelas ora unos focos de payaso trémulo de caricias y soledad...       hay una caricia muda en el aire, unos acordes que componen huellas de manos en mi cintura en mis oj

balandros en un mar de latidos...

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el piano pespunta uno a uno tuslatidosmislatidos, acaricia a duras penas mejillas y la dureza invernal que rodean esta mirada... balandros de latidos yerran en la voz.. un gañido de gaviota se descuelga a veces, un grito suave de alas donde se alza de puntillas esta voz... las palabras,un ancla prendida a un saco de miedos, de palabras e inseguridades, nos hunden mar abajo... tu voz, ayayay tu voz, son unas manos que danzan aún abrazadas a mi cintura entretejiendo con mislatidostuslatidos nuevos versos de luz y castañuelas... tu voz, ayayay, tu voz remienda cual Penélope las alas rotas que suicidaron sus versos y pétalos de primavera... y muero, sí, muero, cada vez que nuestro orgullo desmadeja el hilo de luz de cada uno de nuestros días... crepita en la sábana de esta noche de marzo la luz de una mañana del 24deenero donde tú y yo nos damos el sí quiero donde lanzamos al cielo nuestros gritos de alas blancas... donde tus manos se hacen nido

al trantrán de un paseo nocturno en la lluvia...

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lluvia... pétalos trenzan uno a uno hojas de nostalgia y desaire en nuestras enfermitas almas buenas, ayayyay el día, con su hermoso traje de novia, con su vals de hogar, con susmanosennuestrasmanos se nos marchita en el cabecero donde reposan nuestras inquietas cabezas al irnos a dormir. sin que nuestros niños, locuelos, puedan pintar de sonrisas y bigotes el semblante adusto de la luna y de las mozas estrellas... chapaleando entre las hojas que abraza generosa la lluvia... el día, ese renuevo esas ventanas abiertas de par en par ese balandro aún en alta mar con los trémulos latidos de marineros y hogar se nos marcha orilla y marejada mientras derramamos cada palabra que besó nuestra helada almita en el silencio de los olvidos... en la encrespada ola de la ausencia de acordes... sin que escuchemos las sonrisas castañuelas de nuestras botas con que niños azuzamos el ladrido holgazán y satisfecho de nuestro perro... deja... permite que tus lazos d

estremecimiento de María con el niño en brazos...

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      Heridas de violín, alas de ángel cubren con su luz a María con Jesús en sus brazos... "Éste es mi regalo ante el mundo". Presiente en su pequeño corazón el dolor, el miedo, el naufragio. "Él es mi pasado, mi presente y mi futuro".           Acordes de piano desvanecen de la madrugada el frío de aquella noche pasada de enero. Cuentas de arroz estremecen a una adolescente María. No puede evitar desear que su hijo fuera un pequeñín en sus brazos que lo protegieran en el sendero de toda amenaza.            Trenzas de susurros descuelgan cálidas sábanas desde el frío y negro cielo. Los latidos trémulos de Tu hijo y la invisible respiración del Papá bueno alcanzan, como debió de ocurrir hace más de dos mil años, mis náufragas manos, mis húmedos ojos castaños... Sin embargo esta nana a duras penas puede acallar estos mudos alaridos, estas caídas al mar nuevamente.        Balbuceos y lágrimas del bebé, el futuro Sembrador de caminos, descuelgan del árbol del p